lunes, 23 de junio de 2014

Ejercicio 1

¿Una historia?

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  1. RAPTO DE MÍ.

    Circulan por ahí apuestas que son, prácticamente, certificados de mi locura. Debo reconocer que, si no lo estuviera en este grado aún controlable, no podría mantenerme a flote en esta vida de mierda en la que mis padres consumaron su amor.
    Esto último que ahora me dispongo a hacer es fruto de la desesperación, la inofensiva luz de un nuevo conjuro que consiga erizar el continuado bucle de mi desgracia. Se lo debo agradecer de antemano a Gado Adú de cuyo efímero paso por esta aldea guardo más grato recuerdo que de muchos otros que se empecinan en ayudarme.
    En una de las innumerables veces que remontó el Amazonas, un inesperado bloqueo del río por el desensamblaje de una balsa hecha de un número desaconsejable de troncos- que fue su final, el de la balsa-, obligó a su barco a echar el ancla para evitar que una colisión por las corrientes suicidas de ese río engendrado por titanes destrozara su empresa.
    Se acercó en una lancha hasta la margen derecha, con la intención de disfrutar del incomparable placer del trueque con los indígenas. Su mayor ventaja era ser conocido en esa tribu y estar condecorado con el título de hombre de honor.
    Los Apobes, que así se llamaban, disfrutaban como mayor tesoro del gozo de la contemplación de la vida; tenían comida abundante entre el río y un ancestral conocimiento de hierbas y frutos silvestres y sus temores, miedos y enfermedades eran sabiamente atendidas por un viejo chamán del que nadie sabía decir sus lunas, aunque aseguraban que el más viejo de los miembros de la tribu ya tenía, como primer recuerdo infantil, una curación sobre su cuerpo de ese mismo chamán.
    Gado Adú notó cierta desazón en la mirada otrora limpia del anciano hechicero. Se acercó a él y escuchó atentamente la razón que inquietaba su eterno espíritu. Antes de las últimas lluvias, vinieron unos blancos con la intención de engañarnos con sus inútiles objetos. Aconsejé a los mío que accedieran a sus deseos porque traían la ira tatuada en sus pupilas. Nuestras manualidades y falsos amuletos les fascinaron. Aunque no suelo participar casi me obligaron a aceptar un artilugio del que necesito salir.
    Gado Adú llevaba años tratando con Obamba e intuía cual podría ser el artículo que atormentaba al longevo curandero.
    Éste es, le dijo entregándole un aparente marco envuelto en una tela incalificable. No lo desenvolvió por completo captando la intranquilidad del añoso chamán. Efectivamente el artilugio que había turbado su ánimo sosegado era un mediano espejo enmarcado en el que, a la distancia que ofrecían los brazos extendidos, ofrecía el busto de la persona que lo sostenía.
    Honorable Obamba, también yo he sufrido idéntico desasosiego por este mismo invento porque consigue el encantamiento de aumentar nuestras preocupaciones banales. Vayamos al río e intentemos solucionarlo, viejo amigo.
    Una vez en la orilla, con los pies posados en tierra seca -si se mojan los pies, no surte efecto el hechizo- Obamba siguió sus instrucciones. Coloca el espejo frente a ti y mírate a los ojos. Debes convencerte de que ése que ves no eres tú, piénsalo concienzudamente y, cuando estés absolutamente seguro de que no lo es, cierra los ojos y arroja con tu mano izquierda este espejo lo más cerca posible del centro del río. Las piedras del lecho conseguirán hacerlo añicos y estarás liberado.
    Una vez terminada la operación, Obamba se abrazó a él, por primera vez desde que se conocían, y notó como un resquemor cercano a su corazón. Seguidamente se sacó uno de sus amuletos, consistente en una tira de cuero que sostenía un ojo pintado con colores que creyeron inventar los expresionistas.
    Éste sí es verdadero, amigo Gado, y por este ojo veré los peligros que tú no veas. Te brindo mi protección.
    Y yo la agradezco y la veneraré siempre, querido amigo.
    Y así me veo, como una loca, mirándome en este espejo en la orilla del río. Por eso, en el periódico de hoy. Otros aparecen por hechos más cuerdos pero menos honorables.
    28 de Julio de 2014

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